Cocina con cristalera
Los clientes nos pidieron transformar su antigua y pequeña cocina para proporcionarle luminosidad, funcionalidad y almacenaje. Dudaban entre abrir o no la cocina al salón, así que, tras estudiar el espacio, decidimos optar por una solución intermedia, una cristalera divisoria diseñada por el estudio.
Al abrir la cocina al salón tuvimos en cuenta que ambos espacios mantuvieran una coherencia visual, es decir, que siguieran el mismo concepto.
Al hacerlo, ganamos amplitud y luminosidad, al aprovechar mejor la luz natural, y conectamos las dos zonas de día más importantes de la casa, permitiendo a los miembros de la familia interactuar y relacionarse entre ellos sin un tabique de por medio.
LOS PROPIETARIOS DICEN:
Estamos encantados con la reforma de nuestra cocina. La cristalera abierta al salón ha transformado por completo la sensación de espacio, creando una sensación de amplitud y luminosidad que no habíamos experimentado antes.
La reforma de esta cocina con una cristalera abierta al salón ha logrado crear un espacio moderno y funcional, proporcionando una transición fluida entre la cocina y la zona de estar. Como siempre, la iluminación fue clave también para conseguir el resultado deseado.
Si aún sigues dudando entre abrir o no tu cocina al salón, puedes ver cómo una solución intermedia es el uso de cristaleras. Abierta visualmente, pero manteniendo su independencia
La cocina, de disposición alargada cuenta con armarios inferiores y superiores, proporcionando gran capacidad de almacenaje e integrando la campana extractora y los electrodomésticos (lavavajillas, frigorífico, y congelador). La zona de trabajo (fregadero y placa de cocción) la ubicamos entre estos armarios.
Enfrente, bajo la cristalera, ubicamos una barra con 2 taburetes junto a una hornacina a modo de desayunador.
El pavimento elegido para la cocina fue el mismo laminado de roble ya existente en la vivienda, que combina perfectamente con los muebles blancos y los detalles en madera.